La Vida: tan apreciada para muchos, despreciada para algunos, anhelada por montones de almas que ya no habitan estas tierras.

La vida es la maravillosa expresión de Dios en cada esencia que habita este mundo terrenal, a través de ella se puede edificar el alma que busca el camino de la verdadera virtud, ética y rectitud. También existe su lado opuesto, ese lado oscuro y malvado de la vida, lleno de amarguras, dificultades, problemas de salud, despecho amoroso, inconvenientes sociales, económicos y políticos, pero que a su vez, sigue siendo esa anhelada vida.

¿Qué la hace especial? Desde el momento que nace una esencia, el primer acto de vida surge con el primer suspiro, esa primera respiración de oxígeno que provoca el llanto de la criatura que recién ha salido del viente de una madre, indicando que hay un nuevo ser viviente en este plano terrenal. 

Esa vida recién llegada a este plano físico (la conocida tercera dimensión), viene con una misión por cumplir, dejando atrás sus otras expresiones de vida que en un pasado existieron con otro nombre, otro cuerpo y otras experiencias, otras familias, otros amores, amigos y aprendizajes diferentes, pero que, ahora se manifiesta en un nuevo nacimiento, marcando su nueva existencia bajo la única vida, que es la que se vive y se vivirá siempre en todos los planos, niveles y dimensiones. 

Por ello, para nosotros los Haránikôs, La Vida es Una (1:1). Sus Múltiples Expresiones  (73) la constituyen sus Existencias (1) en Todas sus Expresiones y Manifestaciones Vivientes (93349:1)”. Tal cual lo explica la Míka-Sáykkâ de la Vida escrita por Su Divina Gracia Hassék-Hasam, quien con palabras sabias expone que las esencias como almas humanas tenemos un historial de existencias, y éstas son las que van construyendo nuestra historia real de vida. 

En la actualidad, existen personas que día a día están convencidas que venimos de diferentes historias y momentos, esto es debido a las memorias que traemos de nuestras existencias pasadas. También existe el grupo de personas que aún no lo creen, debido a que el adormecimiento de la conciencia en todas las personas se da en mayor o en menor grado.

Millones de personas han olvidado la verdadera historia de su alma, basándose en la que actualmente tienen, creyendo falsamente que esta existencia es la única expresión de vida tenida, provocando comportamientos desaforados por el materialismo y el libertinaje que actualmente vive la sociedad, especialmente, la juventud de esta humanidad caída.

Con ésta falta de conocimiento, se aplica el famoso dicho del ex-presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874), quien dijo: “La Ignorancia es Atrevida”, provocando que día a día, la falta de conexión espiritual de las personas crean literal y falsamente que “la vida es solo una”, omitiendo que realmente está constituida por múltiples  expresiones de existencias tenidas.

Sin embargo, lo importante no será recordar el pasado, ya que esto provocaría memorias dolorosas, traumas que no se superaron y problemas con personas que ya no están en el presente. Por eso, la Ley Divina aprueba que dichas memorias sean borradas de nuestros recuerdos del alma, permitiendo que la esencia pueda vivir el presente de manera consciente, reflexionar acerca de lo que estamos sembrando, y de acuerdo a lo construido, recibir situaciones bellas y positivas en una futura nueva existencia, como una nueva familia más unida, más amorosa, oportunidades que en algún pasado no se vivieron, pero que en un futuro se podrán vivir de acuerdo a la siembra realizada en el presente.

Recuerda la enseñanza de Su Divina Gracia Hassék-Hasám: “¡la Vida es Bella (13)! ¡Lástima que por la Caída en la Degeneración aquella (13), Perdimos la Luz de nuestra Estrella (55555555:2335)!”

¿Qué te gustaría recibir para una nueva y próxima existencia? Acaso, ¿quisieras situaciones buenas y positivas o, por el contrario, todo el tiempo estás sembrando zozobras, problemas, conflictos, rechazos y apatías para consigo mismo y con los demás? 

El cambio es ahora, todo depende de ti.

Por: Rocio Rueda A.
Oficina de Comunicaciones de El Harán